lunes, 2 de julio de 2012

En mi familia somos uno menos


La rubia de pelo cálido siempre nos recibía con alegría, dando muestras del enorme cariño que nos tenía a todos los de la familia, muchísimo más del que nosotros le demostramos a ella.

Cuando era solo un cachorro era el centro de la atención, la bebe de la casa, todos los mimos los juegos y el tiempo eran para ella.

El tiempo paso y otro miembro llego a la familia,  Andrea, ahora quedaba en un segundo plano aparatada a un lado, ya que solo teníamos ojos para la niña, los celos la invadieron pero cuando la admitió en su vida siempre tuvo un ojo protector puesto en ella.

Siendo ya una anciana llego Pedro a nuestras vidas, ahora quedaba en un tercer plano, ya con experiencia en estas situaciones, los celos no la invadieron, sabia que su papel era el de vigilarlo  para que no le pasara nada, atender a sus juegos y estar atenta para satisfacer su glotonería si se le caía algo de comida de las manos como frecuentemente pasaba.

Ya nadie barrera el suelo de la cocina con su lengua, nadie se meterá en el brasero muerta de frio en invierno, nadie se comerá los insectos del patio, y ya no te asustaran los cohetes.
Espero que estés en el paraíso de los perros, si  existe seguro que estarás allí, siempre fuiste, fiel, sincera, cariñosa y buena compañera.

Espero que en el paraíso te quieran mucho mas de los que lo hicimos nosotros.

Hasta siempre NOA.

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